DISFONÍA INFANTIL

El día a día de un niño está lleno de gritos y chillidos que suelen superar en tensión e intensidad a la voz habitual y muchas veces este comportamiento de sobreesfuerzo es el principal motivo de disfonía en población infantil, afectando a una gran parte de los niños en edad escolar.

Muchos de ellos presentan ataques vocales bruscos, risas y llantos muy intensos o tono muy por encima del normal pero en numerosas ocasiones no se le suele dar importancia, ya que es fácil confundir estos hábitos de abuso vocal con características de la personalidad del niño (nervioso, inmaduro, hablador, chillón…etc.). Normalmente es en el colegio donde se detecta y pasa más desapercibido en el ambiente familiar, por lo tanto, es importante estar sensibilizados para percibir los signos de alarma cuanto antes y tomar las medidas preventivas convenientes para frenar la evolución negativa del trastorno.

Por lo general, se puede observar una respiración torácica clavicular, incoordinación fonorrespiratoria, rigidez en la musculatura de cuello, tensión articulatoria, venas ingurgitadas al hablar, alteraciones posturales y ronquera o aspereza en el timbre vocal, entre otros. Además, el niño reconoce que está molesto cuando trata de hablar o leer, tener sensación de quemazón, sequedad o cuerpo extraño en la garganta.

Dicho esto, es necesario destacar la importancia de llevar a cabo una educación de la voz a través de una serie de hábitos vocales que pueden ayudar en muchos casos a prevenir la disfonía.

A continuación os proponemos algunos CONSEJOS a tener en cuenta para el buen uso y mantenimiento de las cuerdas vocales de vuestros hijos. Sin olvidar que debemos ser un buen modelo para los niños, así que sería conveniente que toda la familia siguiera estas pautas de higiene vocal.

  • Evitar ambientes con polvo y humo.

También es aconsejable evitar lugares muy ruidosos, ya que el niño se vería obligado a alzar  y forzar la voz al hablar.

  • Eliminar el consumo de sustancias que irritan y/o resecan la mucosa laríngea: comidas picantes o muy condimentadas, bebidas muy frías o muy calientes, caramelos de menta…
  • Asegurar una buena hidratación en los niños, ya que esta es necesaria para mantener las mucosas en óptimas condiciones, beber unos 2 litros de agua al día.

También se debería controlar el nivel de humedad ambiental en los lugares muy secos, por ejemplo, usando humidificadores.

  • Evitar los cambios bruscos de temperatura.
  • Asegurar el buen descanso del niño, con unos horarios adecuados para mantener un sueño regular y estable.
  • Mantener una adecuada limpieza nasal. Es muy importante que aprendan a sonarse bien la nariz y a limpiarse las fosas nasales con suero fisiológico.

Sin olvidar que la respiración debe ser siempre nasal, para así evitar la entrada de aire sucio y frío.

  • Prestar atención a la postura y posición de los niños, ya que si están alteradas interferirán negativamente en la respiración.
  • Vigilar los procesos catarrales o alérgicos, estos no solo pueden afectar a la respiración sino también a las cuerdas vocales.
  • Evitar la tos o el carraspeo.
  • Evitar los gritos repetitivos, con mucho esfuerzo o tensión. Así como poner voces raras, imitar, cantar con esfuerzo, hablar en susurros o hablar a mucha distancia.

El niño puede aprender otra forma para llamar nuestra atención en lugar de chillar, por ejemplo aprendiendo a silbar o con palmadas.

  • Controlar las actividades del niño y la cantidad, ya que en algunas como los deportes se suele abusar de la voz mientras se hace un esfuerzo físico.
  • Se debe enseñar al niño a identificar los indicios de fatiga vocal y así evitar que la disfonía vaya a más, siempre dando un buen modelo y alternativas a estos malos usos vocales.

En el Centro Elecom, durante el tratamiento de niño, se intenta concienciar a los padres de la necesidad de tener en cuenta dichas pautas y llevarlas a la práctica en mayor o menor medida, ya que así el tratamiento tiene mayor eficacia y menos duración en el tiempo.